APOCALIPSIS 13, 17-18: LA BESTIA, SU NOMBRE, SU NÚMERO Y MARCA. ¿POR QUÉ NO SE PUDO COMPRAR O VENDER? ¿FUE EL 666 O 616?: OBSERVANCIAS

 

  

ARTÍCULO MONOGRÁFICO.

 

 

-       INTRODUCCIÓN.

 

     El tema de la Bestia, su nombre y su número o la marca has sido un tema de temas, en el Apocalipsis de Juan. Esta es una temática controversial, e inconsistente, en los presupuestos teológicos, e históricos contra actuales, porque lo que uno creía de manera tajante en los tiempos pasados, se ven desvanecido por lo contundente de las implicaciones a saber.

     En este Blog hemos compartido un escrito de mi autoría a manera de propuesta historiográfica –en basándonos en las fuentes- de los cuatro Jinetes, sus cuatro Caballos, con sus cuatro Colores, y lo que representaba cada uno. Cada uno fueron césares. Toda una historicidad de los sucesos acaecidos en el año 69, cuando en ese año específico, cuatro emperadores de manera sucesiva subieron al trono romano: Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano (ver: https://jairoobregon.blogspot.com/search?q=cuatro+jinetes). Vespasiano, este último, es el padre de Domiciano, al que se le comparó por su semejanza que era el nuevo Nerón. Ambos, Nerón y Domiciano, fueron una misma marca de bestia llena de maldad constipada. Ambos fueron la propia Bestia, en sentido figurado. No es que los demás césares, como en un compendio, no fuesen las mismas bestias.

     Hacemos un reconocimiento al aporte significativo de los procesos escritos del Apocalipsis, en nuestra era contemporánea, como a Juan Stam (1928-2000), estadounidense, Pablo Richard (1939-2021), chileno, Xabier Pikaza, español, quienes considero mis maestros a quienes me remito en este Artículo Monográfico. Puesto que, sin sus aportes, sería imposible deducir y dilucidar esta simbología apocalíptica más que un apocalipsis. La primera trae esperanza y la segunda confusión, considerando los términos de dichos maestros. De igual manera a los portales de Significados, Mercabá, Wikipedia, Internet Archive, Ibero Cuidad de México, entre muchos otros apuntes de la bibliografía que compartimos como fuentes. Y con base en estas fuentes, escribo, amigo, lector o lectora que me lee. A todos mis respetos.

     Tanto que se ha dicho hasta la saciedad de un número determinado como 666 en la narrativa apocalíptica, basada en los supuestos de los símbolos se entrecruzan en una línea discrecional, que pudo de igual forma tener una lectura como la del 616 por esa incompleta trama de moderaciones que no nos han llevado a nada. Esto ha sido por el tono de las interpretaciones y sus deducciones en un sinsentido. Ha sido más la propaganda que la misma realidad. Se le ha temido más a la marca que a lo que verdaderamente estaba pasando, un vulgar embargo de la corte imperial para todos. Y aunque tuvieran la marca de igual manera, tenían que pagar los elevadísimos impuestos, tantos políticos como militares. Y lo que no tenían la marca era perseguido para controlarlo con sus bienes, como es el caso de los cristianos, sobre todo los del Asia Menor, las siete iglesias a la que se dirige el autor. Son casi las mismas iglesias que el autor de la Epístola a los Hebreos de manera circunvecina.

     Las diferentes posturas e incongruencias de todo lo que se ha interpretado teológicamente, por las traducciones dogmáticas, que se ha concatenado con las doctrinas, a lo largo de la historia bíblica, e historia lineal, se contrapone a las posesiones de la historia cíclica apocalíptica, que se debe interpretar a la luz de los acontecimientos pasados, presente y futuro.

     No es nada fácil entresacar una narrativa de dos mil años de historia, desde esos comienzos del siglo I de la Era cristiana en lo particular. Aun, cuando, se ha vetado los acontecimientos fundantes de lo que significaba a la luz de la simbología, en la que está encuadrada la cuadratura escrituraria, de esos relatos misteriosos que en la posteridad hemos desconocido, y que tratar de reinterpretar esos presupuestos es la tarea restante de la investigación, tratando de encontrar esa verdad, y de tomar posesión o distancia en ese lenguaje cíclico profético apocalíptico.  

 

-       OBSERVANCIA.

 

     A manera de observancia (13: 17,18) de esos acontecimientos que marcaron la vida de los primeros mesiánicos o cristianos en esos tiempos apocalípticos, que estaban en cruento combate contra una brutal y despiadada intervención imperialista romana. La vida de los que se oponían, de alguna forma o manera de querer tener o sobrellevar, una práctica de fe o simplemente una vida digna se les negaba, por los apetitos desbordantes de los tiranos cesares.

     La propagación de una serie de medidas crueles contra el estómago de los grandes y los pequeños, era la manera de someter por hambruna a una disidencia que no estaba a las órdenes de los que pregonaban que ellos mismos eran dioses, en esa locura obstinada del poder por el poder del Imperio romano en toda la cuenca del mediterráneo. Todo apunta a un embargo comercial sin precedentes para la época en que gobernó la Bestia (o las bestias, como sistema del emporio romano).

     Nuestra modesta observancia es considerar esa historicidad, que se desarrolló en esos años convulsos, llenos de incertidumbre en medio del caos. Esa bestia, su nombre, su número y esa marca, para quienes se les doblegaban hasta la servidumbre, tuvo una respuesta contundente de los seguidores de Jesucristo, al negarse y arrodillarse a un César que ostentaba ser el Señor (u dios), y que los cristianos del Asia Menor dieron sus vidas en proclamar que Jesucristo es el Señor y no el César romano, en este caso que no podemos pasar por alto.

-       Palabras Claves: apocalipsis, apocalíptica, bestia, nombre, número, marca, sabiduría, entendimiento, fe, esperanza.

  

-       TEXTO APOCALÍPTICO: 13, 17-18.

          

17y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

18Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

 

BOSQUEJO TEMÁTICO.

-       Introducción.

-       Observancia.

-       Texto apocalíptico: 13, 17-18.

I.              La conjetura histórica-escatológica-dispensacionalista, ¿cómo entenderlo?

II.            Las interpretaciones teológicas y sus tendencias de la Bestia, nombre, número y marca.

III.           ¿Quién, o cuál fue, el nombre y número de la Bestia?

IV.          ¿La marca fue el 666 o el 616?

V.           ¿Pudo haber sido un embargo en todo el Imperio Romano?

VI.          La repetición cíclica de las dos bestias y la prostituta en la historia actual.

VII.         Consideraciones generales de un “apocalipsis” a una apocalíptica para nuestros días o futuristas.

 

-       Apuntes y bibliografía.

-       Acerca del Autor.

 

DESARROLLO TEMÁTICO:

 

I.              La conjetura histórica, escatológica y dispensacionalista, ¿cómo entenderlo?

 

     Los procesos apocalípticos que se describen en el contexto histórico, se deduce que son de manera no lineal en la historia en sí, como la profética, dado que, los apocalípticos son desarrollados de manera cíclica, es decir, se repiten con el paso del tiempo, solo cambiando la manera y no el trasfondo del evento consecutivo.

     En cambio, los procesos escatológicos, donde se desprenden las conjeturas a la que dieron esos presupuestos de los últimos tiempos, y sus eventos futuristas sobre la Bestia, su nombre, su número y marca que nos inundaron de supuestos para los últimos tiempos, considerándose estos momentos como escatológicos.

     La ´´ “Escatología es una parte de la teología que se encarga de estudiar al ser humano y al universo antes y después de la extinción de la vida en la tierra o la vida de ultratumba. En este sentido, la palabra escatología es de origen griego “eskhatos” que significa “último” y “logos” que expresa estudio [o un estudio último].

     La escatología estudia el destino final del individuo y el universo, así como estudia al ser humano después de la muerte. Es de resaltar, que cada religión contempla una visión escatológica según sus creencias y prácticas.

    La escatología cristiana se identifica con los siguientes momentos: muerte, juicio, cielo, infierno. La escatología cristiana es considerada una doctrina que estudia todas las cosas que sucedieron antes y después del Juicio Final, lo que es lo mismo [él] fin de la especie humana en el planeta tierra [que en ese proceso la Bestia pondría una “marca” para que los que tuvieran esa marca pudieran comprar o vender, conjeturando].

     En referencia a lo anterior, la escatología [cristiana] se enfoca en dos sentidos: apocalipsis y profeta, tomando como verdad y principio en las creencias de un católico [o los protestantes]; la muerte y la resurrección”´´. 1  

     En esos eventos escatológicos de los significados de los últimos tiempos, se intercambia, un subsistema de interpretación literal de la Biblia –en sus tiempos-, incluyendo los componentes gramáticos, la literalidad (incuestionable), y la historicidad del pasaje (la narrativa del texto). Esos presupuestos de la escatología, en los dispensacionalistas, son los fundamentos de las diversas interpretaciones que, según su dogma o sistema de creencias dan la veracidad de lo que se considera la verdad última. No hay paso al discernimiento o cuantificar los eventos que se desprenden.

     ´´ “El dispensacionalismo es un sistema teológico cristiano evangélico, que afirma que Dios ha empleado diferentes medios de administración de sus planes en diferentes periodos de la historia humana, donde ha demostrado Su gracia. Lo distintivo del dispensacionalismo es que sostiene que Israel (como nación) y la Iglesia (como cuerpo de Cristo), no forman un único pueblo de Dios, sino [son] dos pueblos con profecías, promesas y destinos diferentes * [L.S. Chafer, Dispensationalism, Dallas: Seminary Press 1939, pág.30; C. Ryrie, Dispensationalism Today, pág.83]. 2       

     Lo que más se ha podido cuantificar que la bestia es como un programa que ha sido instalado en la psiquis de las personas, operando el miedo, y la incertidumbre. Para el tiempo apocalíptico del primer siglo, fue uno o dos emperadores romanos, como creencia generalizada como la bestia. Posteriormente, en los tiempos de las cruzadas, eran los musulmanes. Y en cada proceso histórico se ha levantado prototipos de bestias hasta el presente de la era moderna, con algunos incómodos personajes como Hitler (austriaco alemán) o Stalin (ruso) en el siglo pasado. Ahora, en los años dos mil en adelante, fue Bin Laden (saudita), Hussein (iraquí), entre otros. Con los acontecimientos en Ucrania y Rusia es ahora Putin (ruso), la bestia. Lo que no vemos que sea del país que produce Marvell Studies o DC Comics, puesto que, podría ser un alienígena ancestral de los antiguos astronautas, pero, nunca, del país de las barras y las estrellas en su bandera. La propaganda es la que vale, no lo perdamos de vista.

    Muchas han sido las conjeturas de que la bestia es un hombre en particular, al final de los tiempos. Esto en una conjetura que pudiese pasar o no como tal. En lo que ahora podemos afirmar que la bestia, su nombre, su número y la marca se podría deducir, que, es más bien al Gran Sistema que se denomina Bestia, y con los adelantos tecnológicos, son capaces hasta de “revivir” esos episodios como ahora con lo del “metaverso”, la tecnología a la inversa o la inteligencia artificial. Argumento.

 

II.            Las Interpretaciones teológicas y sus tendencias de la propia Bestia, nombre, número y marca.

    Las distintas interpretaciones teológicas que se desprenden son muy variadas en la ortodoxia transversal, que nos han acompañado para llevarnos a unos supuestos por entendidos.

     Entre esa gama de interpretaciones nos encontramos con los preteristas, idealistas, historicistas, futuristas. No sin dejar atrás las distintas denominaciones cristianas, las teologías que las acompañan, basándose en un ordenamiento dogmático eclesial. Eso es lo que hemos sido, en cada caso en lo particular, escuelas del pensamiento que de una manera u otra nos ha dado su aporte significativo o no tan significativo.

     Las escuelas de interpretación denominacionalista europea y estadounidense han configurado que la bestia, su nombre, su número y marca está enclaustrado por los premilenialistas, los amilenialistas y los posmilenialistas donde la actuación de la bestia es crucial. Cada una de estas escuelas de interpretación del milenio, con la segunda venida de Cristo, tiene al apocalipsis como una base de sustentación del dogma que defienden a ultranza. Hace tiempo –confieso- que tenía una posición al respecto, ahora le hemos dado vuelta a la página por sus argumentos carentes de la veracidad contractual que se estanca en sí misma.

      El nombre, número y marca de la Bestia ´´ “…está asociado con la Bestia en el capítulo 13, versículo 18, del Apocalipsis * [Beale 1999, p.718]. En la mayoría de los manuscritos del Nuevo Testamento y en las traducciones al español de la Biblia, el número de la Bestia es el 666 […] [en los números griegos son 600/60/6].

     El Papiro 115 (que es el manuscrito más antiguo conservado del Apocalipsis), así como en otras fuentes antiguas, como el Códice Ephraemi Syri Rescriptus, dan al número de la Bestia (traducido a los números arábigos como 616), no 666; * [Stewart Robert B.; Ehrman, Bart D.; Wallace, Daniel B. 2011. The reliability of the New Testament. Minneapolis, MN: Fortress Press.pp.40-41] * [Papyrus reveals new clues to ancient world. News.nacionalgeographic.com (National Geographic Society). April 2005. Archivado desde el original el 10 de January 2008. Consultado el 31 March 2014] ediciones críticas del texto griego, como el Novum Testamentum Graece, indican que [uno de sus números] es una variante. * [Novum Testamentum Graece; Nestle and Aland, 1991, footnote to verse 13:18 of Revelation, pages 659…].

     El número de la Bestia es descrito en Apocalipsis 13:18. Varias traducciones dicen: “Aquí está la Sabiduría. El que tenga entendimiento calcule (psephisato) el número de la Bestia…”. La peculiar palabra griega (psephisato) es traducida como si se tratase del verbo “contar”, “calcular” y también “votar” o “decidir” * [Samuel Fuller, The Revelation of St. John the Divine self-interpreter, pages 226].

     El Textus Receptus, derivado de [los] manuscritos del tipo textual bizantino, el número seiscientos sesenta y seis con números griegos con la letra griega stigma * [Aland, Kurt (1983), The Greek New Testament (Third edición). Stuttgart: United Bible Societies.p.892] representando el número 6. De este modo, Apocalipsis 13: 17-18 dice: “17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca, o el nombre de la Bestia, o el número de su nombre. 18 Aquí está la sabiduría. El que tenga entendimiento calcule el número de la Bestia, porque es número de hombre; y su número es 666.

     La identidad de la Bestia y el número de la Bestia generalmente se interpretan aplicando uno de estos tres métodos * [Beale, G.K. (1999). Revelation: A comentary on the Greek text (3. Dr. Edición). Grand Rapids: M.I.p.718]:

1.    Usando la gematría para encontrar los números que equivalen a los nombres de los líderes mundiales, para buscar una coincidencia con el número bíblico.

2.    Tratando el número de la Bestia como una duración de tiempo.

3.    Vinculación de las imágenes bíblicas y el simbolismo del Anticristo con las características de los líderes mundiales que se oponen al cristianismo.

     La isopsefía del griego coiné [común] y en gematría [número-co] hebrea, cada letra tiene un valor numérico correspondiente. La suma de estos números da un valor numérico a una palabra o nombre.

     Los teólogos preteristas suelen apoyar la interpretación de que el 666 es el equivalente numérico al nombre y el título de César Nerón (emperador romano del 54 al 68 d.C.) * [Cory, Catherine A. Collegeville, MN: Liturgical Press.p.61] * [Garrow, A.J.P. (1997). Revelation. London.: Routledge.p.86].

     “César Nerón” en el alfabeto hebreo es NRON QSR, que cuando se interpreta numéricamente los números 50 200 6 50 100 60 200, que suman 666. El término griego (charagma, “marca” en Apocalipsis 13:16) se usaba más comúnmente para impresiones en documentos o monedas. Está bien atestiguado que el charagma [marca] fue un sello imperial utilizado en documentos oficiales durante los siglos I y II. * [Elwell. Walter A., ed (1996). Evangelical Dictionary of Biblical Theology. Grand Rapids, MI: Baker Book [u.a] p. 462].

     Durante el emperador Decio (246-251 d.C.), los que no poseían el certificado de sacrificio (libellus) al césar no podía realizar oficios, una prohibición que posiblemente se remonta a Nerón, lo que recuerda a lo dicho en Apocalipsis 13: 17.

     Los preteristas argumentan que el Apocalipsis fue escrito antes de la destrucción del Templo de Jerusalén, estando Juan exiliado por Nerón en Patmos * [Robinson, J. (1976). Before Jerusalem Fell.]. La mayoría de los eruditos, sin embargo, argumentan que fue escrito después de que Nerón se suicidara en el año 68 d.C. Our Sunday Visitor’s Catholic Encyclopedia señala que el Apocalipsis fue “escrito durante la última parte del reinado del emperador Domiciano [tan bestial como Nerón], probablemente en el año 95 o 96 d.C. [es esta fecha la más consensuada de la historicidad del Apocalipsis]. * [Stravinskas, Peter M.J.; Shaw, Russell B. (1998).p.861].

     También se ha sugerido que la referencia numérica a Nerón era un código para implicar, pero no identificar directamente, al emperador Domiciano [fue peor que Nerón, adjuntamos, no es que Nerón no fue menos malo] * [Burkett, Delbert Royce (10 july 2002). An Introduction to the New Testament and the Origins of Christianity.p.510. Consultado el 30 de april 2014]. * [Ashe, Geoffrey (2001). Enciclopedia of prophecy.p.204. Consultado el 30 de abril de 2014], cuyo estilo de gobierno se asemejaba al de Nerón [Domiciano], que cobraba fuertes impuestos a la gente de Asia (Lidia), para a quien se dirige principalmente el Libro de Apocalipsis [cuya persecución fue sumamente atroz, cruel y despiadada de Domiciano al estilo de Nerón en Roma, contra los cristianos de esa siete iglesias del Asia Menor, hoy es Turquía, agregamos]. * [Rhoads, David M. From Every People and Nation: The book of Revelation in intercultural perspective.p.193].

     También se puede observar la leyenda de Nero Redivivus que afirma que Nero [o Nerón] volvería a la vida [que había revivido o una resurrección]; “Después del suicidio de Nerón en el año 68 d. C., hubo una creencia generalizada, especialmente en las provincias orientales, que no estaba muerto y que de alguna manera regresaría. * [Gaius Suoetoniu Tranquillus. [no title cited] LVII. Publios Cornelius Tacitus. Historiae. II.8. Lucius Cassius Dio. Historia Romana. LXVI.19.3.].

     Suetonio XL [historiador, antiguo] relata cómo los astrólogos de la Corte habían predicho la caída de Nerón, pero que tendría poder en el este [con Domiciano al este]. Y, de hecho, al menos tres falsos pretendientes se presentaron como Nerón “redivivus” (resucitado). * [Nero as the Antchrist. penepole.uchicago.edu. Encyclopaedia Romana. University of Chicago]. 3.           

 

III.           ¿Quién, o cuál fue, el nombre y número de la Bestia?

 

     En la elaboración de estos presupuestos, que ha impactado a miles y millones de personas, con el paso del tiempo, no ha sido nada fácil determinar con exactitud todo el entramado de símbolos y figuras en la narrativa apocalíptica. Lo que nos lleva a pensar que no todo lo podemos saber a ciencia cierta. Trataremos realizar un acercamiento de estos acontecimientos sugestivos en un proceso conciso. Hasta donde podamos.

     ´´ “El autor de apocalipsis termina indicando el nombre de la bestia (v.18), causa de tantos males y persecuciones para los seguidores de Cristo. Pero, por razones de prudencia, y porque sería peligroso comprometer a las comunidades cristianas con una acusación de lesa majestad, no dice expresamente: esa bestia de que os hablo es el imperio romano o el emperador fulano de tal. Da el nombre de la bestia, pero cifrado, y encubriéndolo en forma de adivinanza. Por eso para llegar a descifrar la adivinanza se necesita inteligencia y buen cálculo.

     Los antiguos se valían de la guematría para estos casos. La guematría era el arte de indicar los nombres valiéndose del valor numérico de sus letras. Sabido es que los antiguos se servían de las letras del alfabeto para designar las cifras matemáticas. Los números que nosotros usamos hoy día han sido tomados de los árabes en época posterior [al apocalipsis de Juan]. La guematría era bastante corriente entre los judíos y los grecorromanos. En Pompeya se han encontrado excelentes ejemplos de guematría, como éste: “Yo amo aquella [mujer] cuya cifra es 545” * [Citado A. Deissmann, Licht vom Osten (Tubinga 1909) p.207].

     Los lectores del Apocalipsis debían de conocer la clave o el secreto para interpretar el número propuesto por San Juan. Para nosotros, en cambio, resulta muy difícil el saber con certeza a qué nombre se refiere, porque una sola cifra puede corresponder a muchos nombres. Conociendo un nombre, resulta muy fácil sacar su cifra; pero teniendo solamente la cifra, es dificilísimo llegar al conocimiento cierto del nombre si no hay otras circunstancias que puedan contribuir a esclarecer el enigma.

    Lo que sucede en nuestro caso, en el que sólo conocemos la cifra y las circunstancias, no son tan determinantes que nos puedan indicar con seguridad a qué nombre se refiere. La cifra que nos da San Juan designa indudablemente el nombre de la Bestia, ya se trata de un hombre determinado o de una categoría de hombres. Pero ¿Cuál es el número exacto que nos da San Juan? El texto original no es seguro, pues algunos códices dan el número 616. La mayoría de los códices y los mejores leen el número 666. Un pequeño grupo, en cambio, compuesto por el códice griego C, por el latino Laudianus, el armeno 4 y por San Ireneo *[San Ireneo Adv. haer. 5:30:1.], tienen el número 616. ¿Será el 616 una variante intencionada para encontrar en el número un nombre determinado? ¿Será el 666 más conforme con el sentido peyorativo que tiene el número 6 en el Apocalipsis? Se han propuesto variadísimas y numerosa interpretación a propósito de ambas cifras.

     Aceptando el número 666, que, según la cifra textual, es el que se ha de preferir, se han propuesto las siguientes interpretaciones: Si el cálculo guemátrico se hace con letras hebreas, lo que no sería imposible tratándose del Apocalipsis, el criptograma podría ser QSR: (=ico + 6º + 200) NRON (= 50 + 200 + 6 + 50. Total, 666) = César Nerón * [Cf. C. Bruston, Le chiffre 666 et I´hypothése du retour de Nerón (Paris 1880); V. Burch, Reasons why Ñero should not be found in Revelation 13: The Expositor, 19 (1920) 18-28] 4   

     Las diversas interpretaciones de lo que se calcula, se entrelazan en los acontecimientos que se vivían en los años medios hacia los últimos del primer siglo de la Era cristiana, que estaba siendo fustigada por los poderes fácticos del imperio romano.

     ´´ “En el v.18 el autor de Apocalipsis [se infiere que el Juan de Patmos no necesariamente fue Juan el apóstol del Evangelio, en discusión por las fechas] interpela directamente a sus oyentes y los exhorta a tener inteligencia [tanto como ayer y cómo hoy necesitamos de esa inteligencia interpretativa], para calcular el número de la Bestia. Es el número de un hombre. El número es 666. Tanto en hebreo como en griego, las letras pueden ser usadas como números. Aquí el autor nos exhorta a descifrar el número para conocer el nombre, pues el nombre de la Bestia es conocido por sus oyentes. Además, en el v. 17 se dice que la marca de la Bestia se expresa tanto con el nombre como con la cifra del nombre. Las dos cosas son conocidas. El autor no exhorta a descifrar el número, sino el sentido del número. El verso usado es psephidso, que quiere decir calcular (contar con piedrecitas = psephos).

     Lo que el autor quiere es que sus oyentes tengan entendimiento (nous) para captar el sentido, lo que significa el número del nombre de la Bestia que todos conocen. Se trata de interpretar el sentido del número, no de descifrar el nombre que expresa ese número. El sentido del número es 6 [es decir, que la bestia, el falso profeta y el anticristo era correlato del 6 que trae carencia o imperfección, añadimos]. El 7 expresa perfección o plenitud. Por consiguiente, el 666 sería la total imperfección o [o gran] carencia [como para que se obtenga un embargo comercial en el Imperio Romano por una gran carencia de alimentos, bienes y raíces. Lo que deducimos una batería de sanciones, bloqueos. Su objetivo era crear mucha hambre para salvaguardar al emperador]. Se repite tres veces 6 porque es un número asintólico, es imperfecto siempre [o una muy larga carencia, penurias, pesadez, tribulación, desesperanza atacando el estómago de grandes y sobre todo los pequeños, eso es lo que se deduce en segunda lectura del 666, tres 6.6.6 de hambre, mucha hambre, acuñamos], hasta el infinito (666666666666…). Cuando se dice 7, solo se repite una sola vez 7, pues es un número perfecto. El nombre de la Bestia, que todos conocen, si se pone en números, expresa esa total imperfección o carencia [que es el significado del embargo que les venían, que no se ha querido ver, en la actualidad contemporánea, solo, la propaganda, de un número inconsistente, que fuese de tapón a todo lo que representaba las finanzas y comercio del Imperio, que se le llamó la Gran Ramera a ese comercio interior y exterior. Esta práctica de hambrear al mundo ya la conocemos hasta el dedillo, sobre todo los países pobres o en vía de desarrollo, que nunca se desarrollan porque siempre están o endeudados, o saqueados, o sancionados, o bloqueados]. En 13, 10 el autor del Apocalipsis exhortaba a sus oyentes a tener resistencia y fe [ante el imperio que traía hambre y muerte a los pobres y luego a los ricos también, no se preocupen que la tiranía era y es para todos, argumentamos].

     Ahora en 13, 18 los exhorta a tener inteligencia [o esa sabiduría que a muchos les faltaba, o que todavía falta por entender esa lucha por la sobrevivencia, en eso estamos todos, nadie se escapa] para entender que el nombre de la Bestia expresa imperfección o carencia total. [Este es el tema central o del porqué de una “marca” para catalogar la carencia por el alza de los precios, del “trigo para los ricos” y la “cebada para los pobres” en esos tiempos pasados. Nada de eso ha cambiado. Sigue vivito]. Todo el sistema de dominación de la Bestia es imperfecto, no es perfecto y poderoso como parece. Como diríamos hoy: la Bestia es un tigre de papel. El mismo sentido que el autor expresa aquí con el 666, lo va a expresar con otras imágenes en 17, 8-11: La Bestia era y ya no es, sube, pero camina a su destrucción. La Bestia tiene 7 cabezas=siete reyes, es decir, la plenitud del poder, no obstante ese 7 es ilusorio: son 5 caídos, el sexto es [Domiciano], el 7 dura poco [éste engendro de satanás]. La Bestia pone un octavo, sin embargo, ese octavo, que es uno de los 7, destruye la perfección y todo camina hacia la destrucción. [Los cristianos en peligro de morir por hambre o por persecución creían que el Imperio Romano caería y ellos lo esperaban con su fe puesta en el galardón. Cosa muy distinta hoy en día por la propaganda de ver lo que no es y de vender falsas banderas].  

     Todo el capítulo [13] es un análisis crítico de la estructura de opresión del Imperio Romano. Él autor hace una crítica teológica del imperio [hoy día cuanta falta hace un análisis crítico contra el imperialismo]. Llama mucho la atención la profundidad y complejidad del análisis. Este capítulo expresa la vida y la conciencia de la comunidad cristiana oprimida por el Imperio [hoy complacida con el imperialismo, por la propaganda]; al leerlo sabemos cómo los cristianos vivían, sentían y pensaban el Imperio Romano [hoy se admira al imperialismo hasta la muerte, por la propaganda, insistimos]. Ellos vivían en el Imperio [hoy es un anhelo], pero estaban excluidos de la vida de éste (no podían comprar ni vender); vivían como condenados a muerte por no adorar el Imperio idolátrizado [hoy es toda una experiencia religiosa].

     La comunidad cristiana representa la resistencia al Imperio; era una comunidad de fe que descubría la presencia de Satanás en el Imperio; tenía que igualmente la inteligencia para entender (calcular) la fragilidad de ese Imperio. Es de esta situación de exclusión, resistencia y fe, que el autor hace esta crítica teológica al Imperio Romano. El escribe para las iglesias del Asia Menor [hoy Turquía] de finales del siglo primero. En este contexto histórico hay que interpretar el Apocalipsis. También para nosotros esta visión llega a ser paradigma y criterio de interpretación [desde la mirada de nuestro Sur Global, donde la exclusión es notoria frente a un Norte Global que se antepone contra los países empobrecidos, puesto que, no hay países pobres, sino, países explotados, saqueados, sancionados, embargados, para las apetencias y tenencias de ese Norte Global, pues, casi no ha cambiado mucho en veintiún siglos después].

     La Bestia es la figura central del capítulo 13, aunque aparece asimismo en forma destacada en el capítulo 17 (se la nombre también en 11,17; 14,9.11; 15,2; 16,2.10.13; 19,19.20; 20,4.10). Se la nombra 36 veces en todo el Apocalipsis. No cabe ninguna duda de que la Bestia es un símbolo o mito para identificar, pensar y criticar al Imperio Romano […].

     Cuando Juan o la comunidad llaman al Imperio con el nombre de Bestia, expresa una manera de vivir y pensar la realidad del Imperio; también expresa una determinada práctica en el seno del Imperio. Juan designa a éste como Bestia, siguiendo la tradición apocalíptica en general, y a Daniel en particular. El capítulo 7 de Daniel representa a cuatro imperios bien determinados con el símbolo de 4 Bestias distintas. La Bestia es el símbolo con el cual se representa en la conciencia al imperio; igualmente, la figura humana (como Hijo de hombre) representa en la conciencia al pueblo de los santos del Altísimo. El imperio es lo bestial en la historia, el Pueblo de Dios es lo humano.

     En el capítulo 17 del Apocalipsis se identifica claramente a la Bestia con el Imperio Romano, y la prostituta [gran ramera] que cabalga sobre la Bestia como Roma, llamada la Gran Babilonia. La Bestia no representa a tal o cual emperador romano, sino a la totalidad (siete cabezas=siete reyes) de los emperadores; representa asimismo la totalidad de la estructura imperial. La Bestia es todo un sistema [como ayer sigue siendo hoy, casi nada ha cambiado, insistimos], universal y total, como su dimensión económica, política, social, pero sobre todo religiosa, teológica y espiritual. Es necesario entenderlo en su complejidad y profundidad, en su propio contexto histórico, para no caer en concordismos fáciles y superficiales…”´´. 5  

IV.          ¿La marca fue el 666 o el 616?                                          

    Mucho se ha dicho y entre dicho acerca del 666 como la marca de la bestia a lo largo de historia. Toda la propaganda se ha dirigido hacia un número y su consecuencia: no poder comprar ni vender. Sin embargo, es y ha sido el terror por la marca, que por lo que realmente pasaba. El 666 ha sido un modo operandi de distracción y de terrorismo psicológico que ha confundido a muchos, no tanto en esos tiempos sino en estos tiempos aciagos.

     ´´ “¡Sorpresa! ¡El 666 no es 666! [Nos advierte sabiamente, Juan Stam] Sobre el 666 hay mucho que decir, y lo primero es que no existe como tal. Lo que la Biblia dice no es “6-6-6” sino “seiscientos sesenta y seis” [es un modo más figurativo], lo que es muy diferente. No existe triple 6, como sería 666 en la aritmética moderna. El texto bíblico no tiene ese efecto de repetición [además, no son números arábigos], una misma cifra repetida tres veces seguidas. El énfasis no cae en los tres dígitos lado a lado, sino en la suma expresada por las tres palabras originales. Cualquiera que sea la interpretación, el significado no puede estar en los tres dígitos que se juntan, sino en la cifra como suma total. La gente de los tiempos bíblicos no podría imaginarse un número como 666, porque no conocía el sistema decimal. El número tenía que ser “seiscientos sesenta y seis” [como una sumatoria, como tal].

     Además, los antiguos no tenían números [pocos o dispersos], por lo que tenían que emplear las letras del alfabeto para su aritmética, comenzando [la] “A” como “1”, [la] “B” como “2”, etc. Por eso tenían que escribir como palabras los números, en este caso “seiscientos sesenta y seis”, o si no, juntar tres letras distintas, una para 600, otra para sesenta [60] y otra para seis [6]. Esas tres letras distintas serían en griego “JXS”: el “ji” para seiscientos, el “xi” para sesenta y un “digama” (una letra arcaica) para el seis. Si la marca de la bestia es un tatuaje [en todo caso], no podría haber sido “666” sino aquella tres letras que nos parecen bien raras.

     Del misterioso número de Apocalipsis 13: 18, no solo hay muchas interpretaciones, sino muchas maneras distintas de interpretarlo. Una de esas maneras es de tomar un posible nombre y calcular su suma matemática. Este método ha producido una gran cantidad de candidatos, pero el más probable es “César Nerón” [o Domiciano, casi treinta años después], el primer perseguidor de la iglesia. Curiosamente, el cálculo resulta sólo si ese nombre, en su forma griega, es transliterado a las letras del alfabeto hebreo con sus correspondientes valores matemáticos. Otro argumento confirma esta posibilidad [como hemos tratado]. Algunos manuscritos tienen una variante textual de “616”, y resulta que ese número [616] corresponde a la latina del mismo nombre, que no tienen la letra “n” final [del nombre] de Nerón, bajando así la suma por 50 puntos [lo que sería Nero sin la “n”].

     Hay otro detalle que confirma este análisis. El texto dice que “el número de la bestia es número de (un) hombre” (13:18). Pues bien, la palabra griega para “bestia” (therion), convertida de la misma manera a letras del hebreo, también suma seiscientos sesenta y seis. Se sabe que existía un gráfico contra Nerón, basado en el hecho que “Nerón” y “matricida” sumaban exactamente igual. Entonces, Apocalipsis 13:18 estaría diciendo, Nerón y bestia son una misma cosa. [Al comparativo se repite con Domiciano la bestia del este al igualarse con Nerón de vuelta].

     Hay otra cosa curiosa en este pasaje: el texto no dice que la bestia “marcará a todos”, en tiempo futuro, como si fuese una predicción. Dice que la bestia “se le permitió infundir aliento a la imagen” y que “hacía que a todos…se les pusiese una marca” (13:15,16), en tiempo pasado, [no] futuro. [De los eventos que había pasado como un recordatorio de lo que se vivió y se narró en lo sucedido]. Parece obvio que los tiempos pasados de las visiones de Juan se refieren al momento cuando Juan había visto esa visión. Es típico de las visiones del Apocalipsis que casi siempre vienen en tiempo pretérito, no futuro. [Como nos han acostumbrado a ver esta simbología en los tiempos finales de la historia, cuando en realidad el texto narra lo que se había vivido en esos años convulsos de sufrimiento, el contexto histórico en que vivieron]. Por su puesto, muchas de las visiones de Juan [el autor] son claramente futuras (como la venida de Cristo, el Armagedón, el juicio final y la nueva creación), pero otras claramente pasadas o presentes (como el Hijo entre los candelabros, en el trono en el cielo).

     Las visiones de Apocalipsis, por su puesto, pueden ser futuras, pero no lo son necesariamente, mucho menos cuando vienen escritas en tiempo pasado o presente. En el caso de la marca de la bestia, donde los verbos no son futuros [sino pasados], decidir si la marca es una realidad literal o no [o futurista], es una decisión humana de interpretación del texto [que se quiera ver así a raja tabla], no pertenece al sentido del texto mismo”´´. 6.

V.           ¿Pudo haber sido un embargo en todo el Imperio Romano?

     La fascinación de una bestia, su nombre, su número y su marca ha cautivado la psiquis de muchas personas a lo largo de la historia. Lo que siempre se ha caído en cuenta es en la propaganda, que es lo que se ocultaba entre telones, puesto que, donde no vemos un énfasis como tal, sino que, se dio como hecho novedoso, o casi inusual: Un embargo de magnitudes descomunales que repercutió con mucha dureza la vida económica de los habitantes subyugados al Imperio de Roma.

     Todo se remite a la marca de la bestia, pero no lo que esto significaba en los estómagos de los que estaban bajo de dominio del Imperio Romano, muy cruel y despiadado, con ese tormento de la carencia y los elevadísimos precios. Por eso, creo, que no todos podían obtener ese salvo conducto de la marca en la frente o en la mano derecha porque era costoso, y se les obligaba a que se marcaran, solo, los que podían comprar o vender, es decir, los pudientes primeramente, argumentamos. Ante un embargo comercial solo se les permitirían, a los que tuvieran esa marca, para lograr un intercambio de productos. Nadie confiaría en el denario como moneda imperial. Puesto que, en la moneda nadie confiaba, era necesario marcarse para los fines económicos. Comentamos.

     Lo que no se dice que la bestia (o la sumatoria de los césares bestias) es que se resumía a vulgar embargo comercial en todo el Imperio, como insistimos, solo la marca o la propaganda es lo que observamos. El comercio se había prostituido en el dominio del sacro santo mercado. Por eso se le llamó al imperio de la Gran Ramera que se prostituye con la compra y la venta de los artículos de primera necesidad, elevando su precio verdadero. La marca consistía en un salvoconducto, o poder, para no solo obtener beneficios, sino para poder decidir, o hasta votar, los que tuvieran ese privilegio. Aun, cuando, no se sabe a ciencia cierta de lo que en realidad sucedió con estos argumentos, podemos reinterpretar a la luz de los sucesos que nos dan las evidencias que exige un veredicto. La marca de un embargo comercial, por eso no se podía comprar ni vender en una transacción económica de intercambio de alimentos y bienes. Este es el estigma de lo falso de estos tres números repetitivos. No puedes obtener nada si no tienes esa marca que no todos podían tenerla por sus implicaciones del momento. Dicho embargo limitaba el acceso o la negación completa de lo que se podía comercializar por una orden directa, en este caso de la bestia como sistema imperfecto e idolátrico que se prostituye el comercio.

     El arma más usada fue doblegar por hambre. Y esta arma de una guerra económica (términos modernos) fue el método favorito de los imperios y sobre todo el Imperio Romano, catalogado de bestia, dragón y prostituta.

     Todos los que pertenecían a ese imperio tenía que doblegarse a ese sistema diabólico del César, o de los césares, como un sistema de dominación que aniquilaba de manera paulatina a los grandes y a todos los pequeños. Al verse que sus apetencias y tenencias estaban a la palestra enfocaban su artillería en lo que más dolía el estómago, es decir, el hambre. La marca de la bestia, en segunda lectura, es el hambre o una gran hambruna. Recalcamos.

     Los cristianos de aquella época no estaban de acuerdo con ninguna marca de dominación, que se antepusiera al proyecto de liberación del mensaje de Jesús y de su evangelio que ayudaba a los pobres y desposeídos. Inferimos.

     Los que más se opusieron a esa tiranía estaban en primera línea, eran los cristianos, comprometidos y no complacientes, que pregonaba como predica que Jesús es el Señor, y no tenían que arrodillárseles a un semejante despiadado como ese sistema de maldad como fueron los césares romanos. Por eso la cruel persecución contra los seguidores de Jesús.

     Los cristianos fueron combativos en una resistencia de esperanza, como deducimos, el mensaje de este apocalíptico. Nunca aceptaron una marca de mentira y maldad de parte de lo que ellos creían que era esa bestia.

    Todo esto contrasta con lo que hoy en día sucede que los cristianos, que parece que muchos olvidaron la lucha por una causa, por las apetencias y tenencias de una vida sin rumbo propio de un consumismo irresponsable, en contraposición de un consumo razonable con la Tierra. A los cristianos de hoy en día –una mayoría- les aterra el compromiso histórico de ver una humanidad llena de fe y esperanza. Podríamos decir que se han metido en un estado autocomplaciente, que comprometido, con la verdadera causa histórica de la prédica de Jesús de Nazaret.

     En resumen, a la primera lectura la bestia, su nombre, su número y marca es todo lo que nos han enseñado. A la segunda lectura es un embargo comercial que traería mucha hambre a todos los rincones del Imperio mismo.

 

VI.          La repetición cíclica de las dos bestias y la prostituta en la historia actual.

     La historia, lo profético y lo apocalíptico son más bien procesos cíclicos que lineales. Nosotros la vemos como un proceso de principio y fin, de salida y de llegada, y de alguna manera lo es. Sin embargo, los procesos se repiten constantemente, solo cambia algunas cosas puntuales, pero su contenido es repetitivo.

     ´´ “El Apocalipsis hace un análisis ‘genial’ de los poderes que gobiernan actualmente al mundo [como el Gran Sistema que hemos llamado la Bestia, en sentido figurado], y enfatiza la importancia del diálogo como herramienta vital para superar las crisis, dijo el teólogo español Xabier Pikaza, durante el seminario ‘Biblia, poder y dominación. ‘Del pasado bíblico al poder de hoy’, celebrado en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

     A través de la interpretación del Apocalipsis, el Dr. Pikaza enumeró los tres poderes que gobiernan al mundo: el poder político-militar, donde las armas y la fuerza bruta dominan (primera bestia); el poder de propaganda, en el que la razón la tiene el Estado [o los emporios de la comunicación y sus redes sociales, añadimos] (segunda bestia); y el poder del comercio, que todo vende y todo compra (la gran prostituta).

     El poder político-militar, dijo, se mueven la mayoría de los gobernantes; donde el Ejército y las armas son invocadas para refrendar su fortaleza frente a los demás; mientras que el segundo acaba con el pensamiento, al estar “dominados por el gran poder que nos pone una marca” y que nos “permite pensar que tenemos libertad” aunque no sea así.

       Respecto a la prostituta, signo usado en la Biblia para referirse a que todo se vende [como la dignidad, la valía, la vida] y se compra [lo superfluo, lo vanidoso o lo banal], es decir, se comercia la intimidad, [lo que] afirmó que “ese es el signo último del poder: todo poder en el mundo es prostitución [que se vende y se compra con los fines de deslealtad y desconsideración como estar embriagado y se entrega al mejor postor a los poderes fácticos que gobiernan este mundo]. En esta compra-venta todos somos objeto de un poder maléfico, que nos atrae y nos lleva”. 

     El análisis arroja que estamos en un mundo de lucha a muerte, dominado por las dos bestias: una militar y la otra ideológica, y la prostituta, figura que gobierna al mundo a través del mercado global, del dios del dinero [mal ávido, o robado, con una maldad escondida por el saqueo de los países empobrecidos por los países enriquecidos]. En manos de ese dios están todos. [Totalmente rendidos a su merced, ese tipo de idolatría que muchos tienen a las riquezas de los males ávidos. El dinero ni es ni bueno ni malo, lo malo es el amor idolátrico al dinero. Pero si podemos ser llenos de sabiduría y equidad, el dinero poco o mucho podemos emplearlo para lo bueno, afable y de ese componente de misericordia a los más necesitados, pienso].

     Por medio de preguntas retóricas, el Dr. Xabier Pikaza se pregunta si el mundo puede destruirse solo o necesita que Dios venga a hacerlo. [Pienso que son preguntas capciosas en un sinsentido para encontrar un sentido distinto]. Cuestiona que si algún momento, los países inmersos en el sistema capitalista pueden renegar del mismo [y, ¿cómo?], enojarse con él [si es su dios], y darle muerte [qué al capitalismo, nunca].

     “El apocalipsis sí lo imagina [todo lo anterior]. Dice: ‘las dos bestias, un día, se enojaron contra la prostituta’. Es un símbolo muy bonito, a la prostituta se le utiliza [placer por dinero, ese es el mercado en que estamos empantanados el mundo entero]; mientras te vale [el propio sistema]. Pero qué se hace al final, cuando el mundo llegue a una especie de gran confusión [o “¿gran tribulación?”], habrá un intento de acabar con el capitalismo mundial.

     Que se comerán a la prostituta, que no tiene que bajar Dios para matarla, sino que la matarán los reyes y gobernadores de este mundo. Un día, la lucha de poderes será tal que se destruirá este tipo de economía mundial, y vendrá el apocalipsis de un día después. [Habrá que hacer la observancia entre el apocalipsis del caos por el caos, como lo hemos entendido, a una apocalíptica que en medio de propio caos existe la fe y la esperanza, considero.]. ¿Podremos vivir sin este sistema? No hay respuesta”. [Por lo menos a corto plazo].

     Tras esta crisis, se espera la llegada de un jinete armado sólo con la palabra para cambiar al mundo. “El Apocalipsis sueña que puede haber un milenio, mil años en este mundo, viviendo palabra a palabra, corazón a corazón, persona a persona, y que supera este tipo de mediaciones actuales de poder”´´. 7.

VII.          Consideraciones generales de un “apocalipsis” a una apocalíptica para nuestros días o futuristas.

     Muchos de nosotros hemos sido adoctrinados para que se prosiga el estatus quo del magisterio, de la clásica ortodoxia, de las escuelas de interpretación pro occidental. Bajo esta premisa, hemos entendido al apocalipsis, como una catástrofe, por la catástrofe, y no que en medio del caos y la desesperanza del miedo que paraliza, hacia una apocalíptica de esa fe que mueve montañas y que a pesar del contexto podemos estar tranquilos en las aguas turbulentas a la voz del Maestro Jesús dando la orden del orden.

     Si seguimos viendo al apocalipsis, sin un sentido guiador, en la turbulencia y que podamos tener paz en medio de la tormenta, no nos podemos estar en pie, aunque tengamos que pasar por diversas pruebas.

    Los apocalípticos lo concibo –modestamente- como un proceso profético de lucha y resistencia, como lo que deducimos que es lo que pasaba con los cristianos del Asia Menor, que resistieron hasta no poder más y muchos de ellos cayeron sin ver los resultados de su lucha, pero, fue la semilla que murió y dio fruto por el mensaje que ellos llevaban dentro de esa convicción de vida. Hoy, en este relativismo y conformismo que vivimos en un estado contemplativo, viendo y viviendo con miedo a todo lo que se mueve, no podemos concebir al evangelio, la profecía y los apocalípticos como hechos aislados, y con un sinsentido que espanta, nos atornilla y nos inmoviliza, a lo terrorífico del panorama mundial, que dicho sea de paso, nada halagador e inconstante en esa incertidumbre que no podemos sobrellevar.

     Necesitamos de una nueva perspectiva que nos lleve a que en medio de todo y por todo, tengamos la confianza que no avergüenza, y que nos eleve más nuestras conciencias, que, a pesar de todo, vale la pena de vivir con esa luz que brinda el Gran Misterio que llamamos Dios. Sea en esta tierra su promesa o sea en el cielo –ahora creo en que ese cielo metafísico platónico no es más que lo se ha descubierto hoy en día, los campos cuánticos subatómicos.

     Hacemos un reconocimiento a todos los cristianos que lucharon y dieron el todo por el todo en esa cosmovisión de vida, de fe y esperanza. Así sea.

En esto pensad

 

     APUNTES Y BIBLIOGRAFIA.

1.    Significados. Religión y Espiritualidad. Significado de Escatología. Fuente Web: https://www.significados.com/escatologia/

2.    Wikipedia®. Artículo. Dispensacionalismo. Fundación Wikimedia Inc., sin ánimo de lucro. Fuente Web: https://es.wikipedia.org/wiki/Dispensacionalismo

3.    Wikipedia®. Artículo. Número de la Bestia. Fundación Wikimedia Inc., sin ánimo de lucro. Fuente Web: https://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%BAmero_de_la_Bestia

4.    Apocalipsis. Mercaba. Fuente Web: https://www.mercaba.org/Biblia/Comentada/apocalipsis.htm#_Toc43712402

5.    Internet Archive. Full text of “Apocalipsis: Reconstrucción de la esperanza. Digitized by the Internet Archive in 2016 with funding from Princeton Theological Seminary Library. http://archive.org/details/apocalipsisrecon00rich. Fuente Web: https://archive.org/stream/apocalipsisrecon00rich/apocalipsisrecon00rich_djvu.txt

6.    Juan Stam. ¡Sorpresa! ¡El 666 no es el 666! El “666” no es una clave al significado de la marca de la bestia. © 2022 -Costa Rica. Fuente Web: https://juanstam.com/posts/sorpresa-el-666-no-es-666

7.    IBERO. Ciudad de México. La Mirada de la Academia. Apocalipsis habla de la destrucción del sistema económico mundial: teólogo Dr. Xabier Pikaza interpreta este libro bíblico y lo relaciona con los poderes que nos gobiernan actualmente. Fecha: Mar, 12 sep. 2017. Fuente Web: https://ibero.mx/prensa/apocalipsis-habla-de-la-destruccion-del-sistema-economico-mundial-teologo

 

     ACERCA DEL AUTOR.

     JAIRO OBREGÓN nació el 13 de abril de 1964 en Maracaibo, Venezuela. Cursó estudios como Bachiller en Teología, el Instituto Bíblico Bautista de Maracaibo y graduado por el Seminario Teológico Bautista de Venezuela (STBV), desde 1987-1994, teniendo obra práctica pastoral y de profesor de teología y misiono logia en varias partes del país durante mucho tiempo. Al tiempo fue fundador de la Fundación Misionera Obregón, en una experiencia misional de ayuda integral con los indígenas Wayuu, Yucpa Bari (ya desde antes con la Misión Bautista) en el occidente venezolano, desde 2000-2014. Estudio y graduó como Licenciado en Educación, Mención Desarrollo Cultural, en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), con el auspicio de la Fundación Misión Cultura, entre 2005-2012. Estudió y graduó como Licenciado en Ciencias Bíblicas y Teológicas por el Centro Venezolano de Estudios Teológicos (CEVET), y el Seminario Dr. Martin Lutero, desde 2007-2014. Actualmente, es un cristiano laico y librepensador independiente en sus dos Blogs en Internet:

http://obregonjairo212.blogspot.com

http://jairoobregon.blogspot.com


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