APOCALIPSIS 13, 17-18: LA BESTIA, SU NOMBRE, SU NÚMERO Y MARCA. ¿POR QUÉ NO SE PUDO COMPRAR O VENDER? ¿FUE EL 666 O 616?: OBSERVANCIAS
ARTÍCULO MONOGRÁFICO.
- INTRODUCCIÓN.
El tema de la Bestia, su nombre y su
número o la marca has sido un tema de temas, en el Apocalipsis de Juan. Esta es
una temática controversial, e inconsistente, en los presupuestos teológicos, e
históricos contra actuales, porque lo que uno creía de manera tajante en los
tiempos pasados, se ven desvanecido por lo contundente de las implicaciones a
saber.
En este Blog hemos compartido un escrito
de mi autoría a manera de propuesta historiográfica –en basándonos en las
fuentes- de los cuatro Jinetes, sus cuatro Caballos, con sus cuatro Colores, y
lo que representaba cada uno. Cada uno fueron césares. Toda una historicidad de
los sucesos acaecidos en el año 69, cuando en ese año específico, cuatro
emperadores de manera sucesiva subieron al trono romano: Galba, Otón, Vitelio y
Vespasiano (ver: https://jairoobregon.blogspot.com/search?q=cuatro+jinetes).
Vespasiano, este último, es el padre de Domiciano, al que se le comparó por su
semejanza que era el nuevo Nerón. Ambos, Nerón y Domiciano, fueron una misma marca
de bestia llena de maldad constipada. Ambos fueron la propia Bestia, en sentido
figurado. No es que los demás césares, como en un compendio, no fuesen las
mismas bestias.
Hacemos un reconocimiento al aporte
significativo de los procesos escritos del Apocalipsis, en nuestra era contemporánea,
como a Juan Stam (1928-2000), estadounidense, Pablo Richard (1939-2021),
chileno, Xabier Pikaza, español, quienes considero mis maestros a quienes me
remito en este Artículo Monográfico. Puesto que, sin sus aportes, sería
imposible deducir y dilucidar esta simbología apocalíptica más que un
apocalipsis. La primera trae esperanza y la segunda confusión, considerando los
términos de dichos maestros. De igual manera a los portales de Significados, Mercabá,
Wikipedia, Internet Archive, Ibero Cuidad de México, entre muchos otros apuntes
de la bibliografía que compartimos como fuentes. Y con base en estas fuentes,
escribo, amigo, lector o lectora que me lee. A todos mis respetos.
Tanto que se ha dicho hasta la saciedad de
un número determinado como 666 en la narrativa apocalíptica, basada en los
supuestos de los símbolos se entrecruzan en una línea discrecional, que pudo de
igual forma tener una lectura como la del 616 por esa incompleta trama de moderaciones
que no nos han llevado a nada. Esto ha sido por el tono de las interpretaciones
y sus deducciones en un sinsentido. Ha sido más la propaganda que la misma
realidad. Se le ha temido más a la marca que a lo que verdaderamente estaba
pasando, un vulgar embargo de la corte imperial para todos. Y aunque tuvieran
la marca de igual manera, tenían que pagar los elevadísimos impuestos, tantos
políticos como militares. Y lo que no tenían la marca era perseguido para
controlarlo con sus bienes, como es el caso de los cristianos, sobre todo los
del Asia Menor, las siete iglesias a la que se dirige el autor. Son casi las
mismas iglesias que el autor de la Epístola a los Hebreos de manera
circunvecina.
Las diferentes posturas e incongruencias
de todo lo que se ha interpretado teológicamente, por las traducciones dogmáticas,
que se ha concatenado con las doctrinas, a lo largo de la historia bíblica, e
historia lineal, se contrapone a las posesiones de la historia cíclica
apocalíptica, que se debe interpretar a la luz de los acontecimientos pasados,
presente y futuro.
No es nada fácil entresacar una narrativa
de dos mil años de historia, desde esos comienzos del siglo I de la Era
cristiana en lo particular. Aun, cuando, se ha vetado los acontecimientos
fundantes de lo que significaba a la luz de la simbología, en la que está
encuadrada la cuadratura escrituraria, de esos relatos misteriosos que en la
posteridad hemos desconocido, y que tratar de reinterpretar esos presupuestos
es la tarea restante de la investigación, tratando de encontrar esa verdad, y
de tomar posesión o distancia en ese lenguaje cíclico profético apocalíptico.
- OBSERVANCIA.
A manera de observancia (13: 17,18) de esos
acontecimientos que marcaron la vida de los primeros mesiánicos o cristianos en
esos tiempos apocalípticos, que estaban en cruento combate contra una brutal y
despiadada intervención imperialista romana. La vida de los que se oponían, de
alguna forma o manera de querer tener o sobrellevar, una práctica de fe o
simplemente una vida digna se les negaba, por los apetitos desbordantes de los
tiranos cesares.
La propagación de una serie de medidas
crueles contra el estómago de los grandes y los pequeños, era la manera de
someter por hambruna a una disidencia que no estaba a las órdenes de los que
pregonaban que ellos mismos eran dioses, en esa locura obstinada del poder por
el poder del Imperio romano en toda la cuenca del mediterráneo. Todo apunta a
un embargo comercial sin precedentes para la época en que gobernó la Bestia (o
las bestias, como sistema del emporio romano).
Nuestra modesta observancia es considerar
esa historicidad, que se desarrolló en esos años convulsos, llenos de
incertidumbre en medio del caos. Esa bestia, su nombre, su número y esa marca,
para quienes se les doblegaban hasta la servidumbre, tuvo una respuesta
contundente de los seguidores de Jesucristo, al negarse y arrodillarse a un
César que ostentaba ser el Señor (u dios), y que los cristianos del Asia Menor
dieron sus vidas en proclamar que Jesucristo es el Señor y no el César romano,
en este caso que no podemos pasar por alto.
- Palabras
Claves: apocalipsis, apocalíptica, bestia, nombre, número, marca, sabiduría,
entendimiento, fe, esperanza.
- TEXTO APOCALÍPTICO: 13, 17-18.
“17y que ninguno pudiese comprar ni vender,
sino el que tuviese la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su
nombre.
18Aquí hay sabiduría. El que tiene
entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su
número es seiscientos sesenta y seis.
BOSQUEJO TEMÁTICO.
- Introducción.
- Observancia.
- Texto
apocalíptico: 13, 17-18.
I.
La conjetura
histórica-escatológica-dispensacionalista, ¿cómo entenderlo?
II.
Las interpretaciones teológicas y sus
tendencias de la Bestia, nombre, número y marca.
III.
¿Quién, o cuál fue, el nombre y número de la
Bestia?
IV.
¿La marca fue el 666 o el 616?
V.
¿Pudo haber sido un embargo en todo el
Imperio Romano?
VI.
La repetición cíclica de las dos bestias y la
prostituta en la historia actual.
VII.
Consideraciones generales de un “apocalipsis”
a una apocalíptica para nuestros días o futuristas.
- Apuntes
y bibliografía.
- Acerca
del Autor.
DESARROLLO TEMÁTICO:
I.
La
conjetura histórica, escatológica y dispensacionalista, ¿cómo entenderlo?
Los procesos apocalípticos que se
describen en el contexto histórico, se deduce que son de manera no lineal en la
historia en sí, como la profética, dado que, los apocalípticos son
desarrollados de manera cíclica, es decir, se repiten con el paso del tiempo,
solo cambiando la manera y no el trasfondo del evento consecutivo.
En cambio, los procesos escatológicos,
donde se desprenden las conjeturas a la que dieron esos presupuestos de los
últimos tiempos, y sus eventos futuristas sobre la Bestia, su nombre, su número
y marca que nos inundaron de supuestos para los últimos tiempos, considerándose
estos momentos como escatológicos.
La ´´ “Escatología es una parte de la
teología que se encarga de estudiar al ser humano y al universo antes y después
de la extinción de la vida en la tierra o la vida de ultratumba. En este
sentido, la palabra escatología es de origen griego “eskhatos” que significa
“último” y “logos” que expresa estudio [o un estudio último].
La escatología estudia el destino final
del individuo y el universo, así como estudia al ser humano después de la
muerte. Es de resaltar, que cada religión contempla una visión escatológica
según sus creencias y prácticas.
La escatología cristiana se identifica con
los siguientes momentos: muerte, juicio, cielo, infierno. La escatología
cristiana es considerada una doctrina que estudia todas las cosas que
sucedieron antes y después del Juicio Final, lo que es lo mismo [él] fin de la
especie humana en el planeta tierra [que en ese proceso la Bestia pondría una
“marca” para que los que tuvieran esa marca pudieran comprar o vender,
conjeturando].
En referencia a lo anterior, la
escatología [cristiana] se enfoca en dos sentidos: apocalipsis y profeta,
tomando como verdad y principio en las creencias de un católico [o los
protestantes]; la muerte y la resurrección”´´. 1
En esos eventos escatológicos de los
significados de los últimos tiempos, se intercambia, un subsistema de
interpretación literal de la Biblia –en sus tiempos-, incluyendo los
componentes gramáticos, la literalidad (incuestionable), y la historicidad del
pasaje (la narrativa del texto). Esos presupuestos de la escatología, en los
dispensacionalistas, son los fundamentos de las diversas interpretaciones que,
según su dogma o sistema de creencias dan la veracidad de lo que se considera
la verdad última. No hay paso al discernimiento o cuantificar los eventos que
se desprenden.
´´ “El dispensacionalismo es un sistema
teológico cristiano evangélico, que afirma que Dios ha empleado diferentes
medios de administración de sus planes en diferentes periodos de la historia
humana, donde ha demostrado Su gracia. Lo distintivo del dispensacionalismo es
que sostiene que Israel (como nación) y la Iglesia (como cuerpo de Cristo), no
forman un único pueblo de Dios, sino [son] dos pueblos con profecías, promesas
y destinos diferentes * [L.S. Chafer, Dispensationalism, Dallas: Seminary Press
1939, pág.30; C. Ryrie, Dispensationalism Today, pág.83]. 2
Lo que más se ha podido cuantificar que la
bestia es como un programa que ha sido instalado en la psiquis de las personas,
operando el miedo, y la incertidumbre. Para el tiempo apocalíptico del primer
siglo, fue uno o dos emperadores romanos, como creencia generalizada como la
bestia. Posteriormente, en los tiempos de las cruzadas, eran los musulmanes. Y
en cada proceso histórico se ha levantado prototipos de bestias hasta el
presente de la era moderna, con algunos incómodos personajes como Hitler
(austriaco alemán) o Stalin (ruso) en el siglo pasado. Ahora, en los años dos
mil en adelante, fue Bin Laden (saudita), Hussein (iraquí), entre otros. Con
los acontecimientos en Ucrania y Rusia es ahora Putin (ruso), la bestia. Lo que
no vemos que sea del país que produce Marvell Studies o DC Comics, puesto que,
podría ser un alienígena ancestral de los antiguos astronautas, pero, nunca,
del país de las barras y las estrellas en su bandera. La propaganda es la que
vale, no lo perdamos de vista.
Muchas han sido las conjeturas de que la
bestia es un hombre en particular, al final de los tiempos. Esto en una
conjetura que pudiese pasar o no como tal. En lo que ahora podemos afirmar que
la bestia, su nombre, su número y la marca se podría deducir, que, es más bien
al Gran Sistema que se denomina Bestia, y con los adelantos tecnológicos, son
capaces hasta de “revivir” esos episodios como ahora con lo del “metaverso”, la
tecnología a la inversa o la inteligencia artificial. Argumento.
II.
Las
Interpretaciones teológicas y sus tendencias de la propia Bestia, nombre,
número y marca.
Las distintas interpretaciones teológicas
que se desprenden son muy variadas en la ortodoxia transversal, que nos han
acompañado para llevarnos a unos supuestos por entendidos.
Entre esa gama de interpretaciones nos
encontramos con los preteristas, idealistas, historicistas, futuristas. No sin
dejar atrás las distintas denominaciones cristianas, las teologías que las
acompañan, basándose en un ordenamiento dogmático eclesial. Eso es lo que hemos
sido, en cada caso en lo particular, escuelas del pensamiento que de una manera
u otra nos ha dado su aporte significativo o no tan significativo.
Las escuelas de interpretación
denominacionalista europea y estadounidense han configurado que la bestia, su
nombre, su número y marca está enclaustrado por los premilenialistas, los
amilenialistas y los posmilenialistas donde la actuación de la bestia es
crucial. Cada una de estas escuelas de interpretación del milenio, con la segunda
venida de Cristo, tiene al apocalipsis como una base de sustentación del dogma
que defienden a ultranza. Hace tiempo –confieso- que tenía una posición al
respecto, ahora le hemos dado vuelta a la página por sus argumentos carentes de
la veracidad contractual que se estanca en sí misma.
El
nombre, número y marca de la Bestia ´´ “…está asociado con la Bestia en el
capítulo 13, versículo 18, del Apocalipsis * [Beale 1999, p.718]. En la mayoría
de los manuscritos del Nuevo Testamento y en las traducciones al español de la
Biblia, el número de la Bestia es el 666 […] [en los números griegos son 600/60/6].
El Papiro 115 (que es el manuscrito más
antiguo conservado del Apocalipsis), así como en otras fuentes antiguas, como
el Códice Ephraemi Syri Rescriptus, dan al número de la Bestia (traducido a los
números arábigos como 616), no 666; * [Stewart Robert B.; Ehrman, Bart D.;
Wallace, Daniel B. 2011. The
reliability of the New Testament. Minneapolis, MN: Fortress Press.pp.40-41] *
[Papyrus reveals new clues to ancient world. News.nacionalgeographic.com
(National Geographic Society). April 2005. Archivado desde el original el 10 de
January 2008. Consultado el 31 March 2014] ediciones críticas del texto griego,
como el Novum Testamentum Graece, indican que [uno de sus números] es una
variante. * [Novum Testamentum
Graece; Nestle and Aland, 1991, footnote to verse 13:18 of Revelation, pages
659…].
El
número de la Bestia es descrito en Apocalipsis 13:18. Varias traducciones
dicen: “Aquí está la Sabiduría. El que tenga entendimiento calcule (psephisato)
el número de la Bestia…”. La peculiar palabra griega (psephisato) es traducida
como si se tratase del verbo “contar”, “calcular” y también “votar” o “decidir”
* [Samuel Fuller, The Revelation of St. John the Divine self-interpreter, pages
226].
El Textus Receptus, derivado de [los]
manuscritos del tipo textual bizantino, el número seiscientos sesenta y seis
con números griegos con la letra griega stigma * [Aland, Kurt (1983), The Greek
New Testament (Third edición). Stuttgart: United Bible Societies.p.892]
representando el número 6. De este modo, Apocalipsis 13: 17-18 dice: “17 y
que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca, o el
nombre de la Bestia, o el número de su nombre. 18
Aquí está la sabiduría. El que tenga entendimiento calcule el número de la
Bestia, porque es número de hombre; y su número es 666.
La identidad de la Bestia y el número de
la Bestia generalmente se interpretan aplicando uno de estos tres métodos *
[Beale, G.K. (1999). Revelation:
A comentary on the Greek text (3. Dr. Edición). Grand Rapids: M.I.p.718]:
1. Usando
la gematría para encontrar los números que equivalen a los nombres de los líderes
mundiales, para buscar una coincidencia con el número bíblico.
2. Tratando
el número de la Bestia como una duración de tiempo.
3. Vinculación
de las imágenes bíblicas y el simbolismo del Anticristo con las características
de los líderes mundiales que se oponen al cristianismo.
La isopsefía del griego coiné [común] y en
gematría [número-co] hebrea, cada letra tiene un valor numérico
correspondiente. La suma de estos números da un valor numérico a una palabra o
nombre.
Los teólogos preteristas suelen apoyar la
interpretación de que el 666 es el equivalente numérico al nombre y el título
de César Nerón (emperador romano del 54 al 68 d.C.) * [Cory, Catherine A. Collegeville, MN: Liturgical
Press.p.61] * [Garrow, A.J.P. (1997). Revelation. London.:
Routledge.p.86].
“César Nerón” en el alfabeto hebreo es
NRON QSR, que cuando se interpreta numéricamente los números 50 200 6 50 100 60
200, que suman 666. El término griego (charagma, “marca” en Apocalipsis 13:16)
se usaba más comúnmente para impresiones en documentos o monedas. Está bien
atestiguado que el charagma [marca] fue un sello imperial utilizado en
documentos oficiales durante los siglos I y II. * [Elwell. Walter A., ed (1996). Evangelical
Dictionary of Biblical Theology. Grand Rapids, MI: Baker Book [u.a] p. 462].
Durante
el emperador Decio (246-251 d.C.), los que no poseían el certificado de
sacrificio (libellus) al césar no podía realizar oficios, una prohibición que
posiblemente se remonta a Nerón, lo que recuerda a lo dicho en Apocalipsis 13:
17.
Los preteristas argumentan que el
Apocalipsis fue escrito antes de la destrucción del Templo de Jerusalén, estando
Juan exiliado por Nerón en Patmos * [Robinson, J. (1976). Before Jerusalem
Fell.]. La mayoría de los eruditos, sin embargo, argumentan que fue escrito
después de que Nerón se suicidara en el año 68 d.C. Our Sunday Visitor’s
Catholic Encyclopedia señala que el Apocalipsis fue “escrito durante la última
parte del reinado del emperador Domiciano [tan bestial como Nerón],
probablemente en el año 95 o 96 d.C. [es esta fecha la más consensuada de la
historicidad del Apocalipsis]. * [Stravinskas, Peter M.J.; Shaw, Russell B.
(1998).p.861].
También se ha sugerido que la referencia
numérica a Nerón era un código para implicar, pero no identificar directamente,
al emperador Domiciano [fue peor que Nerón, adjuntamos, no es que Nerón no fue
menos malo] * [Burkett, Delbert Royce (10 july 2002). An Introduction to the New Testament and the Origins
of Christianity.p.510. Consultado el 30 de april 2014]. * [Ashe, Geoffrey
(2001). Enciclopedia of prophecy.p.204. Consultado el 30 de abril de 2014],
cuyo estilo de gobierno se asemejaba al de Nerón [Domiciano], que cobraba
fuertes impuestos a la gente de Asia (Lidia), para a quien se dirige
principalmente el Libro de Apocalipsis [cuya persecución fue sumamente atroz,
cruel y despiadada de Domiciano al estilo de Nerón en Roma, contra los
cristianos de esa siete iglesias del Asia Menor, hoy es Turquía, agregamos]. * [Rhoads, David M. From Every People and Nation: The
book of Revelation in intercultural perspective.p.193].
También
se puede observar la leyenda de Nero Redivivus que afirma que Nero [o Nerón]
volvería a la vida [que había revivido o una resurrección]; “Después del
suicidio de Nerón en el año 68 d. C., hubo una creencia generalizada,
especialmente en las provincias orientales, que no estaba muerto y que de
alguna manera regresaría. * [Gaius Suoetoniu Tranquillus. [no title cited]
LVII. Publios Cornelius Tacitus. Historiae. II.8. Lucius Cassius Dio. Historia
Romana. LXVI.19.3.].
Suetonio XL [historiador, antiguo] relata
cómo los astrólogos de la Corte habían predicho la caída de Nerón, pero que
tendría poder en el este [con Domiciano al este]. Y, de hecho, al menos tres
falsos pretendientes se presentaron como Nerón “redivivus” (resucitado). * [Nero as the Antchrist. penepole.uchicago.edu.
Encyclopaedia Romana. University of Chicago]. 3.
III.
¿Quién,
o cuál fue, el nombre y número de la Bestia?
En la elaboración de estos presupuestos,
que ha impactado a miles y millones de personas, con el paso del tiempo, no ha
sido nada fácil determinar con exactitud todo el entramado de símbolos y
figuras en la narrativa apocalíptica. Lo que nos lleva a pensar que no todo lo
podemos saber a ciencia cierta. Trataremos realizar un acercamiento de estos
acontecimientos sugestivos en un proceso conciso. Hasta donde podamos.
´´ “El autor de apocalipsis termina
indicando el nombre de la bestia (v.18), causa de tantos males y persecuciones
para los seguidores de Cristo. Pero, por razones de prudencia, y porque sería
peligroso comprometer a las comunidades cristianas con una acusación de lesa majestad,
no dice expresamente: esa bestia de que os hablo es el imperio romano o el
emperador fulano de tal. Da el nombre de la bestia, pero cifrado, y
encubriéndolo en forma de adivinanza. Por eso para llegar a descifrar la
adivinanza se necesita inteligencia y buen cálculo.
Los antiguos se valían de la guematría
para estos casos. La guematría era el arte de indicar los nombres valiéndose
del valor numérico de sus letras. Sabido es que los antiguos se servían de las
letras del alfabeto para designar las cifras matemáticas. Los números que
nosotros usamos hoy día han sido tomados de los árabes en época posterior [al
apocalipsis de Juan]. La guematría era bastante corriente entre los judíos y
los grecorromanos. En Pompeya se han encontrado excelentes ejemplos de
guematría, como éste: “Yo amo aquella [mujer] cuya cifra es 545” * [Citado A.
Deissmann, Licht vom Osten (Tubinga 1909) p.207].
Los lectores del Apocalipsis debían de
conocer la clave o el secreto para interpretar el número propuesto por San
Juan. Para nosotros, en cambio, resulta muy difícil el saber con certeza a qué
nombre se refiere, porque una sola cifra puede corresponder a muchos nombres.
Conociendo un nombre, resulta muy fácil sacar su cifra; pero teniendo solamente
la cifra, es dificilísimo llegar al conocimiento cierto del nombre si no hay
otras circunstancias que puedan contribuir a esclarecer el enigma.
Lo que sucede en nuestro caso, en el que
sólo conocemos la cifra y las circunstancias, no son tan determinantes que nos
puedan indicar con seguridad a qué nombre se refiere. La cifra que nos da San
Juan designa indudablemente el nombre de la Bestia, ya se trata de un hombre
determinado o de una categoría de hombres. Pero ¿Cuál es el número exacto que
nos da San Juan? El texto original no es seguro, pues algunos códices dan el
número 616. La mayoría de los
códices y los mejores leen el número 666.
Un pequeño grupo, en cambio, compuesto por el códice griego C, por el latino
Laudianus, el armeno 4 y por San Ireneo *[San Ireneo Adv. haer. 5:30:1.],
tienen el número 616. ¿Será el 616 una variante intencionada para encontrar en
el número un nombre determinado? ¿Será el 666 más conforme con el sentido
peyorativo que tiene el número 6 en el Apocalipsis? Se han propuesto
variadísimas y numerosa interpretación a propósito de ambas cifras.
Aceptando el número 666, que, según la
cifra textual, es el que se ha de preferir, se han propuesto las siguientes
interpretaciones: Si el cálculo guemátrico se hace con letras hebreas, lo que
no sería imposible tratándose del Apocalipsis, el criptograma podría ser QSR:
(=ico + 6º + 200) NRON (= 50 + 200 + 6 + 50. Total, 666) = César Nerón * [Cf. C. Bruston, Le chiffre 666 et I´hypothése du retour de
Nerón (Paris 1880); V. Burch, Reasons
why Ñero should not be found in Revelation 13: The Expositor, 19 (1920) 18-28]
4
Las
diversas interpretaciones de lo que se calcula, se entrelazan en los
acontecimientos que se vivían en los años medios hacia los últimos del primer
siglo de la Era cristiana, que estaba siendo fustigada por los poderes fácticos
del imperio romano.
´´ “En
el v.18 el autor de Apocalipsis [se infiere que el Juan de Patmos no
necesariamente fue Juan el apóstol del Evangelio, en discusión por las fechas]
interpela directamente a sus oyentes y los exhorta a tener inteligencia [tanto
como ayer y cómo hoy necesitamos de esa inteligencia interpretativa], para
calcular el número de la Bestia. Es el número de un hombre. El número es 666. Tanto
en hebreo como en griego, las letras pueden ser usadas como números. Aquí el
autor nos exhorta a descifrar el número para conocer el nombre, pues el nombre
de la Bestia es conocido por sus oyentes. Además, en el v. 17 se dice que la
marca de la Bestia se expresa tanto con el nombre como con la cifra del nombre.
Las dos cosas son conocidas. El autor no exhorta a descifrar el número, sino el
sentido del número. El verso usado es psephidso, que quiere decir calcular
(contar con piedrecitas = psephos).
Lo que el autor quiere es que sus oyentes
tengan entendimiento (nous) para captar el sentido, lo que significa el número
del nombre de la Bestia que todos conocen. Se trata de interpretar el sentido
del número, no de descifrar el nombre que expresa ese número. El sentido del número
es 6 [es decir, que la bestia, el falso profeta y el anticristo era correlato
del 6 que trae carencia o imperfección, añadimos]. El 7 expresa
perfección o plenitud. Por consiguiente, el 666 sería la total imperfección o
[o gran] carencia [como para que se obtenga un embargo comercial en el Imperio
Romano por una gran carencia de alimentos, bienes y raíces. Lo que deducimos
una batería de sanciones, bloqueos. Su objetivo era crear mucha hambre para
salvaguardar al emperador]. Se repite tres veces 6 porque es un número
asintólico, es imperfecto siempre [o una muy larga carencia, penurias, pesadez,
tribulación, desesperanza atacando el estómago de grandes y sobre todo los
pequeños, eso es lo que se deduce en segunda lectura del 666, tres 6.6.6 de
hambre, mucha hambre, acuñamos], hasta el infinito (666666666666…). Cuando se
dice 7, solo se repite una sola vez 7, pues es un número perfecto. El nombre de
la Bestia, que todos conocen, si se pone en números, expresa esa total
imperfección o carencia [que es el significado del embargo que les venían, que
no se ha querido ver, en la actualidad contemporánea, solo, la propaganda, de
un número inconsistente, que fuese de tapón a todo lo que representaba las
finanzas y comercio del Imperio, que se le llamó la Gran Ramera a ese comercio
interior y exterior. Esta práctica de hambrear al mundo ya la conocemos hasta
el dedillo, sobre todo los países pobres o en vía de desarrollo, que nunca se
desarrollan porque siempre están o endeudados, o saqueados, o sancionados, o
bloqueados]. En 13, 10 el autor del Apocalipsis exhortaba a sus oyentes a tener
resistencia y fe [ante el imperio que traía hambre y muerte a los pobres y
luego a los ricos también, no se preocupen que la tiranía era y es para todos,
argumentamos].
Ahora en 13, 18 los exhorta a tener
inteligencia [o esa sabiduría que a muchos les faltaba, o que todavía falta por
entender esa lucha por la sobrevivencia, en eso estamos todos, nadie se escapa]
para entender que el nombre de la Bestia expresa imperfección o carencia total.
[Este es el tema central o del porqué de una “marca” para catalogar la carencia
por el alza de los precios, del “trigo para los ricos” y la “cebada para los
pobres” en esos tiempos pasados. Nada de eso ha cambiado. Sigue vivito]. Todo
el sistema de dominación de la Bestia es imperfecto, no es perfecto y poderoso
como parece. Como diríamos hoy: la Bestia es un tigre de papel. El mismo
sentido que el autor expresa aquí con el 666, lo va a expresar con otras
imágenes en 17, 8-11: La Bestia era y ya no es, sube, pero camina a su
destrucción. La Bestia tiene 7 cabezas=siete reyes, es decir, la plenitud del
poder, no obstante ese 7 es ilusorio: son 5 caídos, el sexto es [Domiciano], el
7 dura poco [éste engendro de satanás]. La Bestia pone un octavo, sin embargo,
ese octavo, que es uno de los 7, destruye la perfección y todo camina hacia la
destrucción. [Los cristianos en peligro de morir por hambre o por persecución
creían que el Imperio Romano caería y ellos lo esperaban con su fe puesta en el
galardón. Cosa muy distinta hoy en día por la propaganda de ver lo que no es y
de vender falsas banderas].
Todo el capítulo [13] es un análisis
crítico de la estructura de opresión del Imperio Romano. Él autor hace una
crítica teológica del imperio [hoy día cuanta falta hace un análisis crítico
contra el imperialismo]. Llama mucho la atención la profundidad y complejidad
del análisis. Este capítulo expresa la vida y la conciencia de la comunidad
cristiana oprimida por el Imperio [hoy complacida con el imperialismo, por la
propaganda]; al leerlo sabemos cómo los cristianos vivían, sentían y pensaban
el Imperio Romano [hoy se admira al imperialismo hasta la muerte, por la
propaganda, insistimos]. Ellos vivían en el Imperio [hoy es un anhelo], pero
estaban excluidos de la vida de éste (no podían comprar ni vender); vivían como
condenados a muerte por no adorar el Imperio idolátrizado [hoy es toda una
experiencia religiosa].
La comunidad cristiana representa la
resistencia al Imperio; era una comunidad de fe que descubría la presencia de
Satanás en el Imperio; tenía que igualmente la inteligencia para entender
(calcular) la fragilidad de ese Imperio. Es de esta situación de exclusión,
resistencia y fe, que el autor hace esta crítica teológica al Imperio Romano.
El escribe para las iglesias del Asia Menor [hoy Turquía] de finales del siglo
primero. En este contexto histórico hay que interpretar el Apocalipsis. También
para nosotros esta visión llega a ser paradigma y criterio de interpretación
[desde la mirada de nuestro Sur Global, donde la exclusión es notoria frente a
un Norte Global que se antepone contra los países empobrecidos, puesto que, no
hay países pobres, sino, países explotados, saqueados, sancionados, embargados,
para las apetencias y tenencias de ese Norte Global, pues, casi no ha cambiado
mucho en veintiún siglos después].
La Bestia es la figura central del
capítulo 13, aunque aparece asimismo en forma destacada en el capítulo 17 (se
la nombre también en 11,17; 14,9.11; 15,2; 16,2.10.13; 19,19.20; 20,4.10). Se
la nombra 36 veces en todo el Apocalipsis. No cabe ninguna duda de que la
Bestia es un símbolo o mito para identificar, pensar y criticar al Imperio
Romano […].
Cuando Juan o la comunidad llaman al
Imperio con el nombre de Bestia, expresa una manera de vivir y pensar la
realidad del Imperio; también expresa una determinada práctica en el seno del
Imperio. Juan designa a éste como Bestia, siguiendo la tradición apocalíptica
en general, y a Daniel en particular. El capítulo 7 de Daniel representa a
cuatro imperios bien determinados con el símbolo de 4 Bestias distintas. La
Bestia es el símbolo con el cual se representa en la conciencia al imperio;
igualmente, la figura humana (como Hijo de hombre) representa en la conciencia
al pueblo de los santos del Altísimo. El imperio es lo bestial en la historia,
el Pueblo de Dios es lo humano.
En el capítulo 17 del Apocalipsis se
identifica claramente a la Bestia con el Imperio Romano, y la prostituta [gran
ramera] que cabalga sobre la Bestia como Roma, llamada la Gran Babilonia. La
Bestia no representa a tal o cual emperador romano, sino a la totalidad (siete
cabezas=siete reyes) de los emperadores; representa asimismo la totalidad de la
estructura imperial. La Bestia es todo un sistema [como ayer sigue siendo hoy,
casi nada ha cambiado, insistimos], universal y total, como su dimensión
económica, política, social, pero sobre todo religiosa, teológica y espiritual.
Es necesario entenderlo en su complejidad y profundidad, en su propio contexto
histórico, para no caer en concordismos fáciles y superficiales…”´´. 5
IV.
¿La
marca fue el 666 o el 616?
Mucho se ha dicho y entre dicho acerca del
666 como la marca de la bestia a lo largo de historia. Toda la propaganda se ha
dirigido hacia un número y su consecuencia: no poder comprar ni vender. Sin
embargo, es y ha sido el terror por la marca, que por lo que realmente pasaba.
El 666 ha sido un modo operandi de distracción y de terrorismo psicológico que
ha confundido a muchos, no tanto en esos tiempos sino en estos tiempos aciagos.
´´ “¡Sorpresa! ¡El 666 no es 666! [Nos
advierte sabiamente, Juan Stam] Sobre el 666 hay mucho que decir, y lo primero
es que no existe como tal. Lo que la Biblia dice no es “6-6-6” sino
“seiscientos sesenta y seis” [es un modo más figurativo], lo que es muy
diferente. No existe triple 6, como sería 666 en la aritmética moderna. El
texto bíblico no tiene ese efecto de repetición [además, no son números
arábigos], una misma cifra repetida tres veces seguidas. El énfasis no cae en
los tres dígitos lado a lado, sino en la suma expresada por las tres palabras
originales. Cualquiera que sea la interpretación, el significado no puede estar
en los tres dígitos que se juntan, sino en la cifra como suma total. La gente
de los tiempos bíblicos no podría imaginarse un número como 666, porque no
conocía el sistema decimal. El número tenía que ser “seiscientos sesenta y
seis” [como una sumatoria, como tal].
Además, los antiguos no tenían números
[pocos o dispersos], por lo que tenían que emplear las letras del alfabeto para
su aritmética, comenzando [la] “A” como “1”, [la] “B” como “2”, etc. Por eso
tenían que escribir como palabras los números, en este caso “seiscientos
sesenta y seis”, o si no, juntar tres letras distintas, una para 600, otra para
sesenta [60] y otra para seis [6]. Esas tres letras distintas serían en griego
“JXS”: el “ji” para seiscientos, el “xi” para sesenta y un “digama” (una letra
arcaica) para el seis. Si la marca de la bestia es un tatuaje [en todo caso],
no podría haber sido “666” sino aquella tres letras que nos parecen bien raras.
Del misterioso número de Apocalipsis 13:
18, no solo hay muchas interpretaciones, sino muchas maneras distintas de
interpretarlo. Una de esas maneras es de tomar un posible nombre y calcular su
suma matemática. Este método ha producido una gran cantidad de candidatos, pero
el más probable es “César Nerón” [o Domiciano, casi treinta años después], el
primer perseguidor de la iglesia. Curiosamente, el cálculo resulta sólo si ese
nombre, en su forma griega, es transliterado a las letras del alfabeto hebreo
con sus correspondientes valores matemáticos. Otro argumento confirma esta
posibilidad [como hemos tratado]. Algunos manuscritos tienen una variante
textual de “616”, y resulta que ese número [616] corresponde a la latina del
mismo nombre, que no tienen la letra “n” final [del nombre] de Nerón, bajando
así la suma por 50 puntos [lo que sería Nero sin la “n”].
Hay otro detalle que confirma este
análisis. El texto dice que “el número de la bestia es número de (un) hombre”
(13:18). Pues bien, la palabra griega para “bestia” (therion), convertida de la
misma manera a letras del hebreo, también suma seiscientos sesenta y seis. Se
sabe que existía un gráfico contra Nerón, basado en el hecho que “Nerón” y
“matricida” sumaban exactamente igual. Entonces, Apocalipsis 13:18 estaría
diciendo, Nerón y bestia son una misma cosa. [Al comparativo se repite con
Domiciano la bestia del este al igualarse con Nerón de vuelta].
Hay otra cosa curiosa en este pasaje: el
texto no dice que la bestia “marcará a todos”, en tiempo futuro, como si fuese
una predicción. Dice que la bestia “se le permitió infundir aliento a la
imagen” y que “hacía que a todos…se les pusiese una marca” (13:15,16), en
tiempo pasado, [no] futuro. [De los eventos que había pasado como un
recordatorio de lo que se vivió y se narró en lo sucedido]. Parece obvio que
los tiempos pasados de las visiones de Juan se refieren al momento cuando Juan
había visto esa visión. Es típico de las visiones del Apocalipsis que casi
siempre vienen en tiempo pretérito, no futuro. [Como nos han acostumbrado a ver
esta simbología en los tiempos finales de la historia, cuando en realidad el
texto narra lo que se había vivido en esos años convulsos de sufrimiento, el
contexto histórico en que vivieron]. Por su puesto, muchas de las visiones de
Juan [el autor] son claramente futuras (como la venida de Cristo, el Armagedón,
el juicio final y la nueva creación), pero otras claramente pasadas o presentes
(como el Hijo entre los candelabros, en el trono en el cielo).
Las visiones de Apocalipsis, por su
puesto, pueden ser futuras, pero no lo son necesariamente, mucho menos cuando
vienen escritas en tiempo pasado o presente. En el caso de la marca de la
bestia, donde los verbos no son futuros [sino pasados], decidir si la marca es
una realidad literal o no [o futurista], es una decisión humana de
interpretación del texto [que se quiera ver así a raja tabla], no pertenece al
sentido del texto mismo”´´. 6.
V.
¿Pudo
haber sido un embargo en todo el Imperio Romano?
La fascinación de una bestia, su nombre,
su número y su marca ha cautivado la psiquis de muchas personas a lo largo de
la historia. Lo que siempre se ha caído en cuenta es en la propaganda, que es
lo que se ocultaba entre telones, puesto que, donde no vemos un énfasis como
tal, sino que, se dio como hecho novedoso, o casi inusual: Un embargo de
magnitudes descomunales que repercutió con mucha dureza la vida económica de
los habitantes subyugados al Imperio de Roma.
Todo se remite a la marca de la bestia,
pero no lo que esto significaba en los estómagos de los que estaban bajo de
dominio del Imperio Romano, muy cruel y despiadado, con ese tormento de la
carencia y los elevadísimos precios. Por eso, creo, que no todos podían obtener
ese salvo conducto de la marca en la frente o en la mano derecha porque era
costoso, y se les obligaba a que se marcaran, solo, los que podían comprar o
vender, es decir, los pudientes primeramente, argumentamos. Ante un embargo
comercial solo se les permitirían, a los que tuvieran esa marca, para lograr un
intercambio de productos. Nadie confiaría en el denario como moneda imperial.
Puesto que, en la moneda nadie confiaba, era necesario marcarse para los fines
económicos. Comentamos.
Lo que no se dice que la bestia (o la
sumatoria de los césares bestias) es que se resumía a vulgar embargo comercial
en todo el Imperio, como insistimos, solo la marca o la propaganda es lo que observamos. El comercio se había prostituido en el dominio del sacro santo
mercado. Por eso se le llamó al imperio de la Gran Ramera que se prostituye con
la compra y la venta de los artículos de primera necesidad, elevando su precio
verdadero. La marca consistía en un salvoconducto, o poder, para no solo
obtener beneficios, sino para poder decidir, o hasta votar, los que tuvieran
ese privilegio. Aun, cuando, no se sabe a ciencia cierta de lo que en realidad
sucedió con estos argumentos, podemos reinterpretar a la luz de los sucesos que
nos dan las evidencias que exige un veredicto. La marca de un embargo
comercial, por eso no se podía comprar ni vender en una transacción económica
de intercambio de alimentos y bienes. Este es el estigma de lo falso de estos
tres números repetitivos. No puedes obtener nada si no tienes esa marca que no
todos podían tenerla por sus implicaciones del momento. Dicho embargo limitaba
el acceso o la negación completa de lo que se podía comercializar por una orden
directa, en este caso de la bestia como sistema imperfecto e idolátrico que se
prostituye el comercio.
El arma más usada fue doblegar por hambre.
Y esta arma de una guerra económica (términos modernos) fue el método favorito
de los imperios y sobre todo el Imperio Romano, catalogado de bestia, dragón y
prostituta.
Todos los que pertenecían a ese imperio tenía
que doblegarse a ese sistema diabólico del César, o de los césares, como un
sistema de dominación que aniquilaba de manera paulatina a los grandes y a
todos los pequeños. Al verse que sus apetencias y tenencias estaban a la
palestra enfocaban su artillería en lo que más dolía el estómago, es decir, el
hambre. La marca de la bestia, en segunda lectura, es el hambre o una gran
hambruna. Recalcamos.
Los cristianos de aquella época no estaban
de acuerdo con ninguna marca de dominación, que se antepusiera al proyecto de
liberación del mensaje de Jesús y de su evangelio que ayudaba a los pobres y
desposeídos. Inferimos.
Los
que más se opusieron a esa tiranía estaban en primera línea, eran los
cristianos, comprometidos y no complacientes, que pregonaba como predica que
Jesús es el Señor, y no tenían que arrodillárseles a un semejante despiadado
como ese sistema de maldad como fueron los césares romanos. Por eso la cruel
persecución contra los seguidores de Jesús.
Los cristianos fueron combativos en una
resistencia de esperanza, como deducimos, el mensaje de este apocalíptico.
Nunca aceptaron una marca de mentira y maldad de parte de lo que ellos creían
que era esa bestia.
Todo esto contrasta con lo que hoy en día
sucede que los cristianos, que parece que muchos olvidaron la lucha por una
causa, por las apetencias y tenencias de una vida sin rumbo propio de un
consumismo irresponsable, en contraposición de un consumo razonable con la
Tierra. A los cristianos de hoy en día –una mayoría- les aterra el compromiso
histórico de ver una humanidad llena de fe y esperanza. Podríamos decir que se
han metido en un estado autocomplaciente, que comprometido, con la verdadera
causa histórica de la prédica de Jesús de Nazaret.
En resumen, a la primera lectura la
bestia, su nombre, su número y marca es todo lo que nos han enseñado. A la
segunda lectura es un embargo comercial que traería mucha hambre a todos los
rincones del Imperio mismo.
VI.
La
repetición cíclica de las dos bestias y la prostituta en la historia actual.
La historia, lo profético y lo
apocalíptico son más bien procesos cíclicos que lineales. Nosotros la vemos
como un proceso de principio y fin, de salida y de llegada, y de alguna manera
lo es. Sin embargo, los procesos se repiten constantemente, solo cambia algunas
cosas puntuales, pero su contenido es repetitivo.
´´ “El Apocalipsis hace un análisis
‘genial’ de los poderes que gobiernan actualmente al mundo [como el Gran
Sistema que hemos llamado la Bestia, en sentido figurado], y enfatiza la
importancia del diálogo como herramienta vital para superar las crisis, dijo el
teólogo español Xabier Pikaza, durante el seminario ‘Biblia, poder y
dominación. ‘Del pasado bíblico al poder de hoy’, celebrado en la Universidad
Iberoamericana Ciudad de México.
A través de la interpretación del
Apocalipsis, el Dr. Pikaza enumeró los tres poderes que gobiernan al mundo: el
poder político-militar, donde las armas y la fuerza bruta dominan (primera
bestia); el poder de propaganda, en el que la razón la tiene el Estado [o los
emporios de la comunicación y sus redes sociales, añadimos] (segunda bestia); y
el poder del comercio, que todo vende y todo compra (la gran prostituta).
El poder político-militar, dijo, se mueven
la mayoría de los gobernantes; donde el Ejército y las armas son invocadas para
refrendar su fortaleza frente a los demás; mientras que el segundo acaba con el
pensamiento, al estar “dominados por el gran poder que nos pone una marca” y
que nos “permite pensar que tenemos libertad” aunque no sea así.
Respecto
a la prostituta, signo usado en la Biblia para referirse a que todo se vende
[como la dignidad, la valía, la vida] y se compra [lo superfluo, lo vanidoso o
lo banal], es decir, se comercia la intimidad, [lo que] afirmó que “ese es el
signo último del poder: todo poder en el mundo es prostitución [que se vende y
se compra con los fines de deslealtad y desconsideración como estar embriagado
y se entrega al mejor postor a los poderes fácticos que gobiernan este mundo].
En esta compra-venta todos somos objeto de un poder maléfico, que nos atrae y
nos lleva”.
El análisis arroja que estamos en un mundo
de lucha a muerte, dominado por las dos bestias: una militar y la otra
ideológica, y la prostituta, figura que gobierna al mundo a través del mercado
global, del dios del dinero [mal ávido, o robado, con una maldad escondida por
el saqueo de los países empobrecidos por los países enriquecidos]. En manos de
ese dios están todos. [Totalmente rendidos a su merced, ese tipo de idolatría
que muchos tienen a las riquezas de los males ávidos. El dinero ni es ni bueno
ni malo, lo malo es el amor idolátrico al dinero. Pero si podemos ser llenos de
sabiduría y equidad, el dinero poco o mucho podemos emplearlo para lo bueno,
afable y de ese componente de misericordia a los más necesitados, pienso].
Por medio de preguntas retóricas, el Dr.
Xabier Pikaza se pregunta si el mundo puede destruirse solo o necesita que Dios
venga a hacerlo. [Pienso que son preguntas capciosas en un sinsentido para
encontrar un sentido distinto]. Cuestiona que si algún momento, los países
inmersos en el sistema capitalista pueden renegar del mismo [y, ¿cómo?],
enojarse con él [si es su dios], y darle muerte [qué al capitalismo, nunca].
“El apocalipsis sí lo imagina [todo lo
anterior]. Dice: ‘las dos bestias, un día, se enojaron contra la prostituta’.
Es un símbolo muy bonito, a la prostituta se le utiliza [placer por dinero, ese
es el mercado en que estamos empantanados el mundo entero]; mientras te vale
[el propio sistema]. Pero qué se hace al final, cuando el mundo llegue a una
especie de gran confusión [o “¿gran tribulación?”], habrá un intento de acabar
con el capitalismo mundial.
Que se comerán a la prostituta, que no
tiene que bajar Dios para matarla, sino que la matarán los reyes y gobernadores
de este mundo. Un día, la lucha de poderes será tal que se destruirá este tipo
de economía mundial, y vendrá el apocalipsis de un día después. [Habrá que hacer
la observancia entre el apocalipsis del caos por el caos, como lo hemos
entendido, a una apocalíptica que en medio de propio caos existe la fe y la
esperanza, considero.]. ¿Podremos vivir sin este sistema? No hay respuesta”.
[Por lo menos a corto plazo].
Tras esta crisis, se espera la llegada de
un jinete armado sólo con la palabra para cambiar al mundo. “El Apocalipsis sueña
que puede haber un milenio, mil años en este mundo, viviendo palabra a palabra,
corazón a corazón, persona a persona, y que supera este tipo de mediaciones
actuales de poder”´´. 7.
VII.
Consideraciones generales de un
“apocalipsis” a una apocalíptica para nuestros días o futuristas.
Muchos de nosotros hemos sido adoctrinados
para que se prosiga el estatus quo del magisterio, de la clásica ortodoxia, de
las escuelas de interpretación pro occidental. Bajo esta premisa, hemos
entendido al apocalipsis, como una catástrofe, por la catástrofe, y no que en
medio del caos y la desesperanza del miedo que paraliza, hacia una apocalíptica
de esa fe que mueve montañas y que a pesar del contexto podemos estar
tranquilos en las aguas turbulentas a la voz del Maestro Jesús dando la orden
del orden.
Si seguimos viendo al apocalipsis, sin un
sentido guiador, en la turbulencia y que podamos tener paz en medio de la
tormenta, no nos podemos estar en pie, aunque tengamos que pasar por diversas
pruebas.
Los apocalípticos lo concibo –modestamente-
como un proceso profético de lucha y resistencia, como lo que deducimos que es
lo que pasaba con los cristianos del Asia Menor, que resistieron hasta no poder
más y muchos de ellos cayeron sin ver los resultados de su lucha, pero, fue la
semilla que murió y dio fruto por el mensaje que ellos llevaban dentro de esa
convicción de vida. Hoy, en este relativismo y conformismo que vivimos en un
estado contemplativo, viendo y viviendo con miedo a todo lo que se mueve, no
podemos concebir al evangelio, la profecía y los apocalípticos como hechos
aislados, y con un sinsentido que espanta, nos atornilla y nos inmoviliza, a lo
terrorífico del panorama mundial, que dicho sea de paso, nada halagador e inconstante
en esa incertidumbre que no podemos sobrellevar.
Necesitamos de una nueva perspectiva que
nos lleve a que en medio de todo y por todo, tengamos la confianza que no
avergüenza, y que nos eleve más nuestras conciencias, que, a pesar de todo,
vale la pena de vivir con esa luz que brinda el Gran Misterio que llamamos
Dios. Sea en esta tierra su promesa o sea en el cielo –ahora creo en que ese
cielo metafísico platónico no es más que lo se ha descubierto hoy en día, los
campos cuánticos subatómicos.
Hacemos un reconocimiento a todos los
cristianos que lucharon y dieron el todo por el todo en esa cosmovisión de
vida, de fe y esperanza. Así sea.
En
esto pensad
APUNTES
Y BIBLIOGRAFIA.
1. Significados.
Religión y Espiritualidad. Significado de Escatología. Fuente Web: https://www.significados.com/escatologia/
2. Wikipedia®.
Artículo. Dispensacionalismo. Fundación Wikimedia Inc., sin ánimo de lucro.
Fuente Web: https://es.wikipedia.org/wiki/Dispensacionalismo
3. Wikipedia®.
Artículo. Número de la Bestia. Fundación Wikimedia Inc., sin ánimo de lucro.
Fuente Web: https://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%BAmero_de_la_Bestia
4. Apocalipsis.
Mercaba. Fuente Web: https://www.mercaba.org/Biblia/Comentada/apocalipsis.htm#_Toc43712402
5. Internet
Archive. Full text of “Apocalipsis: Reconstrucción de la esperanza. Digitized by the Internet Archive in 2016 with funding
from Princeton Theological Seminary Library. http://archive.org/details/apocalipsisrecon00rich.
Fuente
Web: https://archive.org/stream/apocalipsisrecon00rich/apocalipsisrecon00rich_djvu.txt
6. Juan
Stam. ¡Sorpresa! ¡El 666 no es el 666! El “666” no es una clave al significado
de la marca de la bestia. © 2022 -Costa Rica. Fuente Web: https://juanstam.com/posts/sorpresa-el-666-no-es-666
7. IBERO.
Ciudad de México. La Mirada de la Academia. Apocalipsis habla de la destrucción
del sistema económico mundial: teólogo Dr. Xabier Pikaza interpreta este libro
bíblico y lo relaciona con los poderes que nos gobiernan actualmente. Fecha:
Mar, 12 sep. 2017. Fuente Web: https://ibero.mx/prensa/apocalipsis-habla-de-la-destruccion-del-sistema-economico-mundial-teologo
ACERCA DEL AUTOR.
JAIRO OBREGÓN nació el 13 de abril de 1964
en Maracaibo, Venezuela. Cursó estudios como Bachiller en Teología, el
Instituto Bíblico Bautista de Maracaibo y graduado por el Seminario Teológico
Bautista de Venezuela (STBV), desde 1987-1994, teniendo obra práctica pastoral
y de profesor de teología y misiono logia en varias partes del país durante
mucho tiempo. Al tiempo fue fundador de la Fundación Misionera Obregón, en una
experiencia misional de ayuda integral con los indígenas Wayuu, Yucpa Bari (ya
desde antes con la Misión Bautista) en el occidente venezolano, desde 2000-2014.
Estudio y graduó como Licenciado en Educación, Mención Desarrollo Cultural, en
la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), con el auspicio
de la Fundación Misión Cultura, entre 2005-2012. Estudió y graduó como
Licenciado en Ciencias Bíblicas y Teológicas por el Centro Venezolano de
Estudios Teológicos (CEVET), y el Seminario Dr. Martin Lutero, desde 2007-2014.
Actualmente, es un cristiano laico y librepensador independiente en sus dos
Blogs en Internet:
http://obregonjairo212.blogspot.com
http://jairoobregon.blogspot.com

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